Profesora de Bioética de la UA

La profesora de Bioética de la UCAM Gloria María Tomás protagonizó a principios de abril una sonora polémica cuando aseguró, en una conferencia en la Universidad de Alicante, que la homosexualidad es una «enfermedad». Su punto de vista, que quedó inmortalizado en un vídeo en Youtube, aparece también ampliamente recogido en un libro dirigido a sus alumnos y titulado Diccionario de Bioética para estudiantes. La autora dice en el texto, en referencia a la orientación homosexual, que «su patología correspondiente es conocida como trastorno homosexual», y que puede «resolverse» con un tratamiento.
«Contando con la voluntad del paciente, existe un alto porcentaje de casos que pueden resolverse positivamente con una terapia apropiada, especialmente en aquellos en los que la práctica de actos homosexuales se encuentre menos enraizada», explica en la página 181. Añade que, cuando no se cuenta con la colaboración del «paciente», la atención «desde el punto de vista médico y del asistente social es difícil». Gloria María Tomás no explica las teorías científicas en las que se basa para realizar estas afirmaciones, ni aparece en el libro referencia bibliográfica alguna.
La profesora habla de «patología» aunque admite que «en las últimas décadas, el concepto que una parte de la Psiquiatría tiene sobre la homosexualidad ha ido variando y, de hecho, en las más recientes clasificaciones de enfermedades [] ha dejado de presentarse como trastorno mental». Eso sí, advierte de que «en este cambio es evidente lo mucho que ha influido la presión ejercida, en el ámbito internacional, por determinados colectivos (gays, lesbianas, etc) cuyo fin es presentar la homosexualidad como una opción más». En los años 70, la Asociación Americana de Psiquiatría y la Organización Mundial de la Salud dejaron claro que la homosexualidad no es ningún trastorno. Los manuales DSM-IV y CIE-10, considerados la biblia de la Psiquiatría, así lo reflejan, como reconoce la propia profesora Tomás. Mayoritariamente, los psicólogos consideran que su papel debe limitarse a ayudar a la persona a que acepte su orientación sexual cuando encuentra dificultades para ello.
No es ésta la opinión de Gloria María Tomás, que anima a «los padres que adviertan en sus hijos en la edad infantil o en la adolescencia alguna manifestación de dicha tendencia o de tales comportamientos» a que busquen «la ayuda de personas expertas y cualificadas».

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